Cuestión de estilos: horizontalidad contra verticalidad


Cuando el calendario se sortea, todas las miradas se centran en los días en los que se disputarán los Clásicos. Los partidos entre Real Madrid y Barcelona suelen atraer atención especial, más si cabe si la altura de la temporada marca que una derrota, o una victoria, podrían acercar - o alejar - decisivamente el título de Liga. Durante toda la temporada, blancos y blaugranas ejecutan su forma de entender el fútbol de diferente manera, aunque de notable resultado, como su posición en la tabla revela.

Una identidad propia

El conjunto culé lleva varias temporadas apostando por una manera muy particular de entender el ritmo de un partido. La constante circulación de balón que lleva a cabo el Barcelona, marcada por la preponderancia del pase en horizontal, se ha convertido en seña de identidad de un equipo que a las órdenes de Guardiola, consiguió llevar su estilo a lo más alto, consiguiendo en una misma temporada los seis títulos en juego. Desde entonces, aunque no de la brillante manera de antaño, los jugadores azulgranas han apostado por la continuidad de un modelo que ha dado contrastados resultados.

El principal representante de éste modo de mover el balón es el segundo capitán delBarcelona. Xavi Hernández se ha destapado como la brújula del equipo, de hace años a esta parte, y el hombre que maneja el partido a su antojo. Su movilidad en el centro del campo, a la vez que su perfecta asimilación de los conceptos que Guardiola le transmitió a la hora de manejar el encuentro han sido claves para explicar el modo de entender un partido por parte azulgrana. A pesar de las críticas que viene recibiendo dicho estilo, han demostrado no negociar con él si quieren seguir optando a la victoria.


La llegada del Tata Martino en sustitución de Tito Vilanova éste pasado verano, ha podido marcar un punto de inflexión en dicha forma de entender el fútbol. El técnico argentino abogó por mantener la idiosincrasia del Barcelona, en lo que a circulación del balón se refiere, pero no descartando la posibilidad de incoporar nuevas variantes a su estilo. Así, acciones de contragolpe o pelotazos en largo han podido verse en partidos del conjunto culé con mayor asiduidad que en las anteriores campañas, viéndose criticado por intentar modificar, o así se entendía, un estilo que había funcionado.

A pesar de liderar buena parte de la temporada la tabla, las loas han pesado menos en la balanza que las críticas, que han aumentado su intensidad cuando, a principios de año, elBarcelona dio un notable bajón de juego, impulsado por la idea de Martino de juntar a dos extremos con Leo Messi, prescindiendo de la posibilidad de alinear a los 'jugones' juntos. Sin embargo, en los partidos de mayor calado, el técnico de Rosario ha dado marcha atrás a sus ideas, y vuelto a formar con los cuatro bajitos - Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc - acompañando a Messi únicamente en el ataque por uno de los extremos.


Esta circunstancia, además, supone un problema para el Barcelona, puesto que para un puesto, aparecen con intención de hacerse merecedores de él Pedro, Alexis y el gran fichaje veraniego, Neymar. A pesar de los problemas, mientras que Xavi ha estado sobre el campo, la forma de jugar del equipo no ha variado, y la circulación, hasta el hastío del rival, del balón ha dominado los encuentros del Barcelona. La filosofía de mantener el cuero en tu poder pasa por no arriesgar un pase que pudiera darle al rival la posibilidad de contragolpear.

Xabi Alonso, el Comandante del centro del campo

Del otro lado, en la orilla opuesta del modo de afrontar un encuentro, se halla el estilo delReal Madrid. El conjunto blanco se ha caracterizado a lo largo de su historia por el vertiginoso ritmo de sus partidos, lanzando sin pudor contragolpes a toda velocidad, y debido al la calidad de sus jugadores, de extraordinaria precisión y efectividad. Sin duda, con la llegada de hombres como Cristiano Ronaldo, Ángel Di María o en el último año, Gareth Bale, el poderío del equipo en lo que a condiciones atléticas se refiere se ha reforzado a un nivel que les permite utilizar el contraataque como elemento disuasorio para equipos con marcada vocación ofensiva.

Pero si el talento y la potencia de los anteriores futbolistas ha sido clave para la ejecución, no lo es menos la identidad del causante del gran cambio del equipo de un tiempo a esta parte. El elemento de compensación, la figura que equilibra al equipo es Xabi Alonso. El de Tolosa llegó para adueñarse de la parcela central del campo madridista, y se ha convertido en un referente para jugadores y aficionados del conjunto merengue. Ya no sólo por su capacidad de mando, sino por su calidad a la hora de hacer desplazamientos en largo.

Esta habilidad de Xabi Alonso dota al Madrid de un arma que descompense la zaga rival. Gracias a sus pases precisos de más de 50 metros, el de Tolosa es capaz de cambiar la inercia del juego a gran velocidad, lo que posibilita al cuadro blanco encontrar huecos que deja una defensa que ha basculado hacia el lado opuesto. Además, la voluntad del equipo de llegar rápido a la portería rival la ha asimilado perfectamente el tolosarra, que colabora decisivamente a ejecutar con acierto los designios de sus diferentes entrenadores.

Modric imparte sus lecciones

Desde la llegada de Ancelotti al banquillo blanco, el Real Madrid está intentando abogar por un trato más prolongado del balón, pero sin caer en la dinámica de pases en horizontal del Barcelona. De hecho, la figura que se eleva por encima incluso de Xabi en ocasiones es la de un Luka Modric cada vez más protagonista en el juego del equipo. El croata se ha quitado todos los complejos, y disfruta sobre el campo de sus mejores minutos como madridista. Su compenetración con Alonso es total, y aunque su entrada en el centro le da al equipo mayor capacidad de manejar el balón, es capaz de buscar en profundidad los cortes de los hombres de ataque o darle velocidad a la circulación, para no frenar nunca el ritmo de juego.

Así que cuando Undiano Mallenco de comienzo al partido, se pondrá en liza no sólamente los puntos en juego, sino imponer el estilo que sea más efectivo para con el rival. La horizontalidad contra la verticalidad; la calma contra la velocidad; el ritmo pausado o el agitado. El Clásico se definirá por el acierto goleador de ambos equipos, pero también, por cómo haya llegado el balón en la portería.

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